Conducir en la India: La gran aventura

Las reglas en las carreteras de la India se basan en tres elementos principales: buena bocina, buenos frenos y buena suerte. Si llevan constantemente con ustedes esos tres elementos, tal vez puedan lograrlo. El tránsito en la India es literalmente un mar encrespado y rugiente de tráfico salvaje. A su alrededor verán un enredo enfurecido de personas, metales y animales tratando de ocupar cualquier espacio vacío como si fuera un juego de ajedrez. Aún así, existe un orden establecido en las carreteras: las vacas están en primer lugar, los camiones y autobuses en el segundo y los perros y los peatones en el tercero. Las bicicletas, los carros a tracción humana y los pollos quedan mucho más abajo. De hecho, atropellarlos es una práctica muy común en las calles.

La capacidad de los habitantes de la India para subir a una familia completa en una motocicleta es asombrosa. Los niños pequeños se sientan entre las rodillas de su padre, de espaldas al embrague y las esposas se sientan de costado y sostienen a los bebes. Los rickshaws están en todas partes como pequeños juguetes de lata y las bicicletas oxidadas se escabullen entre los vehículos en movimiento Los enormes camiones decorados rugen sin piedad y el servicio de autobuses pintados de color verde lima y púrpura avanzan a gran velocidad sacudiendo un enredo humano de brazos y piernas.

Pero probablemente el único mantra que mantiene en circulación a todos estos vehículos sea la indicación escrita a mano en la parte trasera de los vehículos: BOCINAS, POR FAVOR. La banda sonora de estas carreteras es una sinfonía caótica de estallidos de sonido. Bocinas graves, sonidos agudos, notas musicales y extraños graznidos de pato. Es como si la India fuera ciega, y la única forma posible de guiarse fuera a través del sonido.